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Bases neuroanatómicas de los trastornos cognitivos

Los trastornos cognitivos implican dificultades en funciones mentales superiores como la memoria, la atención, el lenguaje, la percepción y las funciones ejecutivas. Estas funciones no solo dependen del buen funcionamiento de cada neurona, sino también de la organización estructural del cerebro y la interconexión entre distintas áreas cerebrales. Comprender las bases neuroanatómicas de estos trastornos nos permite localizar con mayor precisión las áreas cerebrales afectadas, lo cual es clave para realizar diagnósticos certeros, diseñar tratamientos personalizados y comprender la relación entre cerebro y conducta.

Durante las últimas décadas, la investigación neuropsicológica ha demostrado que el deterioro cognitivo no es homogéneo, sino que suele afectar áreas específicas del cerebro de forma selectiva. Esta especificidad anatómica ha sido confirmada tanto en estudios con pacientes con daño cerebral como mediante técnicas de neuroimagen funcional. Así, conocer las estructuras cerebrales implicadas es esencial para entender cómo y por qué se deterioran determinadas capacidades cognitivas.

Los trastornos cognitivos implican dificultades en funciones mentales superiores como la memoria, la atención, el lenguaje, la percepción y las funciones ejecutivas. Estas funciones no solo dependen del buen funcionamiento de cada neurona, sino también de la organización estructural del cerebro y la interconexión entre distintas áreas cerebrales. Comprender las bases neuroanatómicas de estos trastornos nos permite localizar con mayor precisión las áreas cerebrales afectadas, lo cual es clave para realizar diagnósticos certeros, diseñar tratamientos personalizados y comprender la relación entre cerebro y conducta.
Los trastornos cognitivos implican dificultades en funciones mentales superiores como la memoria, la atención, el lenguaje, la percepción y las funciones ejecutivas.

Principales estructuras cerebrales implicadas en la cognición

El cerebro humano está compuesto por diferentes lóbulos y sistemas que se encargan de procesar distintos aspectos de la información. A continuación, se presentan las estructuras más relevantes y su relación con funciones cognitivas clave:

Lóbulo frontal

El lóbulo frontal, especialmente su región prefrontal, se encarga de la planificación, el razonamiento, la toma de decisiones, el control de impulsos y la regulación emocional. Daños en esta región pueden generar cambios drásticos en la personalidad, desinhibición, dificultad para organizar actividades y problemas para adaptarse a nuevas situaciones.

Lóbulo temporal

Contiene el hipocampo y las áreas relacionadas con la memoria, el lenguaje y el reconocimiento auditivo. El hipocampo es esencial para la consolidación de la memoria a largo plazo. Lesiones aquí provocan amnesias, dificultades para aprender nueva información y desorientación.

Lóbulo parietal

Se relaciona con el procesamiento visuoespacial, la orientación corporal y la integración sensorial. Alteraciones en este lóbulo pueden dar lugar a negligencia espacial, problemas de cálculo, dificultades para manipular objetos o para reconocer partes del cuerpo.

Lóbulo occipital

Es el centro del procesamiento visual. Lesiones pueden causar agnosias visuales (incapacidad de reconocer objetos), pérdida de campos visuales o alucinaciones.

Sistema límbico

Incluye estructuras como la amígdala, el hipocampo y el tálamo, fundamentales en la regulación emocional, la memoria emocional y la motivación. Las alteraciones en este sistema pueden afectar el comportamiento social, el procesamiento emocional y la respuesta adaptativa al entorno.

Trastornos cognitivos con correlato neuroanatómico

Existen numerosos trastornos cognitivos que muestran una clara relación con alteraciones estructurales del cerebro. Algunos ejemplos relevantes son:

Enfermedad de Alzheimer

Esta demencia neurodegenerativa comienza afectando el hipocampo y se extiende progresivamente a otras áreas corticales. Se caracteriza por pérdida de memoria reciente, desorientación, problemas de lenguaje y deterioro global. A medida que la enfermedad avanza, el cerebro muestra atrofia generalizada, especialmente en los lóbulos temporales y parietales.

Afasias

Son trastornos del lenguaje que ocurren por lesiones en áreas específicas del hemisferio izquierdo (en la mayoría de los casos). La afasia de Broca afecta la producción verbal, mientras que la de Wernicke afecta la comprensión. Estos cuadros muestran cómo funciones complejas como el lenguaje pueden estar localizadas en áreas cerebrales muy específicas.

Amnesia anterógrada y retrógrada

Estas alteraciones de la memoria suelen estar relacionadas con daño en el hipocampo o en el sistema límbico. En la amnesia anterógrada, el sujeto no puede formar nuevos recuerdos; en la retrógrada, se pierden recuerdos previos a la lesión.

Demencia frontotemporal

Esta forma de demencia afecta principalmente al lóbulo frontal y/o temporal. Se manifiesta con cambios en el comportamiento, pérdida de empatía, impulsividad o alteraciones del lenguaje, según la variante clínica. En fases avanzadas, compromete otras áreas cognitivas.

Síndrome de negligencia espacial unilateral

Suele presentarse por daño en el lóbulo parietal derecho. El paciente ignora la mitad izquierda de su entorno o de su propio cuerpo. Aunque ve perfectamente, su atención está comprometida.

Aportes de la neuropsicología cognitiva y la neuroimagen

La neuropsicología cognitiva estudia cómo las funciones mentales están organizadas en el cerebro a través del análisis de casos clínicos y experimentos con técnicas de neuroimagen. Este enfoque ha permitido construir modelos funcionales del cerebro, en los cuales distintas áreas están interconectadas como redes.

Gracias a la neuroimagen estructural (como la resonancia magnética) y funcional (fMRI, PET), se ha podido observar qué áreas se activan durante tareas cognitivas específicas, y cómo estas áreas fallan en ciertos trastornos. Por ejemplo, la reducción de actividad en la corteza prefrontal dorsolateral se ha relacionado con dificultades en la memoria de trabajo y la toma de decisiones.

Conclusión

Las funciones cognitivas dependen de una compleja interacción entre diversas regiones cerebrales. Cada área del cerebro aporta una pieza clave en el funcionamiento global de la mente. Los trastornos cognitivos no son fenómenos abstractos: tienen raíces en estructuras y conexiones neuronales específicas. Reconocer estas bases neuroanatómicas permite un enfoque más preciso, científico y humano en el diagnóstico, la intervención y la prevención de alteraciones mentales. En resumen, conocer el mapa cerebral de la cognición es fundamental para entender al ser humano en su integridad.


Referencias

  • Anatomía y fisiología del sistema nervioso (2021).
  • Clark, D. L., & Boutros, N. (2020). El cerebro y la conducta: Neuroanatomía para psicólogos. Médica Panamericana.
  • Miller, B. L., & Cummings, J. L. (2018). Neuropsicología cognitiva.