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Síndrome de Couvade o embarazo empático

El síndrome de Couvade o embarazo empático (Síntomas del embarazo en el padre); suele pasar que cuando una mujer está embarazada su esposo; presenta cambios semejantes a los de ellas, antojos problemas emocionales, inclusos mareos, esto es debido al síndrome de Couvade.

En que Consiste el síndrome de Couvade

Síndrome de couvade consiste en los probables cambios físicos, emocionales y hormonales que el hombre puede padecer en paralelo al embarazo de su esposa; esto sucede porque es posible que el esté respondiendo a los químicos hormonales del embarazo que se trasmiten por medio del aire, expulsando (feromonas) a través de las glándulas sudoríparas y la piel de la futura madre.

Las investigaciones desarrolladas en la Universidad de Harvard revelan que se producen dos cambios hormonales fundamentales en los futuros padres; disminuye el nivel de testosterona y aumenta el de prolactina, esta última; encargada en las mujeres embarazadas del aumento de los senos y la producción de leche; en los hombres el aumento de prolactina, influye en el deseo sexual y en mantener erecciones satisfactorias o prolongadas.

Cambios presentes

Algunos de los cambios notorios son, que tanto la madre como el padre pueden aumentar de peso; pasa también, pero no a simple vista, que las feromonas de la madre que influyeron al padre, activan una respuesta de este, el padre transmite sus feromonas por el aire, hasta llegar al cerebro de la madre por medio del olfato, lo que genera más prolactina; aumentando el desarrollo de los circuitos cerebrales maternos. Así que en ese momento el cerebro de la madre influye al del padre y viceversa creando el “embarazo empático”.

Durante el final del embarazo (aproximadamente el último trimestre) tanto la madre como el padre comienzan a tener conductas de protección y resguardo para el futuro bebé, especialmente los padres experimentan el mayor cambio hormonal de pasar a ser “NO PADRE” a “PADRE” especialmente en los días que preceden al parto.

Los investigadores han estudiado a futuros padres durante el último trimestre del embarazo de su mujer y han averiguado que los niveles de prolactina de estos hombres se incrementan en más del 20 por ciento y la testosterona cae un 33 por ciento durante las tres semanas  previas al parto.

Cuando nacen los hijos; no sólo disminuye la testosterona de los padres, sino que éstos perciben el llanto de los bebés y responden emocionalmente mejor que los «NO PADRES».

Por lo general, los niveles de testosterona y prolactina del hombre se reajustan cuando el bebé tiene seis semanas de vida, y recuperan los niveles anteriores a la paternidad cuando el bebé empieza a andar.