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Esquizofrenia: tratamiento psicológico

La esquizofrenia es el modelo de los trastornos psicóticos, no solo es la psicosis mas frecuente, sino que posee los cinco dominios mas relatados de las mismas ( alucinaciones, delirios, pensamiento desorganizado, conducta motora anómala y síntomas positivos como negativos ).

El DSM-V establece que la esquizofrenia es un trastorno neuropsiquiátrico, de genética compleja y como tal su abordaje debe ser planteado desde una perspectiva multidisciplinaria en donde la psicología buscara apoyar y orientar a al paciente como a los involucrados para ofrecer la mejor atención a la persona que lo vive.

Desde esta perspectiva, la información que se proporciona en este artículo acerca de la esquizofrenia, hay que saber lo siguiente:

  1. Se abordará el tratamiento de esta, desde una perspectiva psicológica.
  2. No se hablará de la intervención farmacológica para la esquizofrenia, ya que no es labor de este artículo exponer más allá del campo de la psicología. 
  3. La terapia cognitiva conductual será el modelo a explorar.  

Para saber mas sobre la esquizofrenia has clic en el siguiente enlace:

Esquizofrenia y sus síntomas – Psico-Guia 🤯 (psico-guiaclinica.com)

El papel de la psicología en el tratamiento de la esquizofrenia

Los pacientes con esquizofrenia requieren un tratamiento farmacológico con medicación antipsicótica, que necesita ser vigilado continuamente durante el curso de la enfermedad.  En conjunto, el abordaje psicológico, buscará ayudar a desarrollar conciencia de la enfermedad, y mejorar el amplio rango de problemas experimentados por los pacientes con esquizofrenia. Se tiene que prestar atención a las necesidades básicas y médicas de estos pacientes. Este trastorno interfiere frecuentemente con la capacidad de los pacientes para reconocer y buscar ayuda ante las enfermedades físicas, o para defender unas necesidades adecuadas de alojamiento, de alimentación o de cuidado de uno mismo (Caballo, 2007).

Es crucial que los pacientes reciban un control individual para integrar los distintos aspectos de su programa de tratamiento y para asegurar la continuidad del cuidado a lo largo del tiempo. Si no se atienden estos elementos básicos de un programa amplio, es poco probable que las intervenciones cognitivo-conductuales tengan éxito (Caballo, 2007).

Terapia cognitiva conductual 

La terapia cognitivo conductual (TCC), es una excelente opción terapéutica para las personas con esquizofrenia, especialmente a personas con síntomas positivos persistentes, es decir, cuando los síntomas positivos responden de forma lenta al tratamiento farmacológico. 

Se considerará como opción de tratamiento para ayudar a desarrollar conciencia de la enfermedad. Los tratamientos deben tener una duración de al menos seis meses e incluir más de diez sesiones planificadas, ya que los tratamientos más largos son significativamente más efectivos que los cortos. Los tratamientos cortos pueden mejorar los síntomas depresivos, pero es poco probable que mejoren los síntomas psicóticos.

Modelo de vulnerabilidad –  estrés – habilidades de afrontamiento 

El modelo busca que los tres aspectos que son la base de su estudio se fortalezcan para el afrontamiento del cuadro a intervenir, en este caso, la esquizofrenia.

La vulnerabilidad, se trabaja a través de las medicaciones antipsicóticas, suelen reducir eficazmente el riesgo de recaída. También se busca que la persona desarrolle adherencia al tratamiento, que constituye un problema importante en esta población.

También se busca que se minimicen las conductas de riesgo y abuso que puedan llevar a recaídas, por ejemplo estrategias para evitar el alcohol o las drogas que puede empeorar la vulnerabilidad biológica, produciendo una reaparición de los síntomas. Por consiguiente, se pueden aplicar estrategias cognitivo-conductuales para disminuir la conducta de abuso de sustancias psicoactivas.

El papel del estrés en la producción de recaídas, indica la importancia de reducirlo. Las intervenciones cognitivo-conductuales plantean frecuentemente la disminución del estrés en la familia, aunque también pueden constituir el objetivo de tratamiento de otros tipos de estrés ambiental. 

Finalmente, se puede emplear una serie de diferentes estrategias para mejorar las habilidades de afrontamiento de los pacientes con esquizofrenia, disminuyendo, por consiguiente, su vulnerabilidad a las recaídas provocadas por el estrés y mejorando su capacidad de función

Tratamiento en habilidades sociales 

Los déficit en habilidades sociales reflejan las influencias conjuntas que dificultan las habilidades; la historia inadecuada de aprendizaje antes de la aparición del trastorno, la falta de estimulación ambiental y la pérdida de habilidades debido a su falta de utilización (caballo, 2007). 

El entrenamiento en habilidades sociales (ehs), es un conjunto de técnicas, basadas en la teoría del aprendizaje social, que constituye un paquete de intervención para enseñar de forma sistemática nuevas habilidades interpersonales a los individuos. Se ha encontrado continuamente que los pacientes con esquizofrenia tienen una escasa competencia interpersonal. El ehs es una estrategia eficaz para rectificar esos problemas.

Terapia familiar 

Las relaciones estresantes familiares pueden tener un impacto negativo sobre el curso de la esquizofrenia. Además, la esquizofrenia tiene un efecto perturbador y oneroso sobre las vidas de las familias, por consiguiente los objetivos de la intervención familiar conductual consisten en reducir el estrés de todos los miembros de la familia,  además buscan mejorar la capacidad de la misma para vigilar el curso de la enfermedad. Estos objetivos se logran en la terapia conductual familiar por medio de una combinación de educación, entrenamiento en comunicación y habilidades de solución de problemas. Una explicación detallada del modelo de terapia familiar conductual se describe en Muesery Glynn (1995).

Habilidades de afrontamiento para los síntomas psicóticos residuale

El objetivo de enseñar habilidades de afrontamiento es ampliar el repertorio de habilidades que poseen los pacientes; mejora, por consiguiente, la autoeficacia y disminuyendo el malestar. 

El criterio principal que hace que los pacientes se beneficien al aprender estrategias para afrontar sus síntomas psicóticos es la motivación y la disposición a aprender esas estrategias. Los pacientes que experimentan poco malestar por sus síntomas psicóticos o que no tienen ganas de trabajar en estos síntomas, son malos candidatos para este entrenamiento.

Las estrategias de afrontamiento se incluyen en tres amplias categorías: métodos cognitivos, conducta de cambio y modificación de los estímulos sensoriales. Ejemplos de estrategias cognitivas incluyen el habla positiva con uno mismo, la desviación de la atención (p. ej., construir un puzzle), ignorar y desviar la atención del síntoma. Las  estrategias conductuales incluyen iniciar conversaciones, dar un paseo y jugar con alguien a un juego. En cuanto a estrategias para la entrada de los estímulos sensoriales incluyen relajación, escuchar música, tararear y cantar encubiertamente una canción.

Conclusiones

Es un cuadro crónico, complejo y degenerativo; pero con un diagnóstico temprano y adecuado, además de el  tratamiento psicofarmacológico y psicológico correspondiente, los pacientes pueden tener vida funcionales, en los niveles personales, familiares y sociales; coexistiendo de forma integral; además con la adecuada red de apoyo multidisciplinaria. el pronóstico es mucho más favorable.

Para saber mas sobre la esquizofrenia has clic en el siguiente enlace:

Espectro de la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos 🤯 (psico-guiaclinica.com)

Referencias:

  • American Psychological Association APA. (2013). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (5.ª ed.). https://doi.org/10.1176/appi.books.9780890425596
  • Barnhill, J.W. (2015). DSM-5 Casos Clínicos. Editorial Medica Panamericana.
  • Caballo, V. (2007). Manual para el tratamiento cognitivo conductual de los trastornos psicológicos (vol.1). Siglo XXI de España Editores, S. A.