Las disfunciones sexuales en las mujeres son un conjunto de problemas que afectan la capacidad de una mujer para experimentar satisfacción sexual. Estas disfunciones pueden ser de naturaleza física, psicológica o una combinación de ambas. Algunas de las disfunciones sexuales más comunes en las mujeres incluyen:
- Trastorno del deseo sexual hipoactivo (TDSH): También conocido como falta de deseo sexual, este trastorno implica una disminución significativa o ausencia total de interés en actividades sexuales.
- Trastorno de la excitación sexual: Se caracteriza por la dificultad para alcanzar o mantener la excitación durante la actividad sexual. Esto puede manifestarse como sequedad vaginal, falta de lubricación y falta de sensibilidad genital.
- Trastorno orgásmico: Las mujeres que experimentan este trastorno tienen dificultad para alcanzar el orgasmo o lo experimentan de manera infrecuente, a pesar de la estimulación sexual adecuada.
- Dispareunia: Esta es una condición en la que se experimenta dolor durante la actividad sexual, ya sea durante la penetración vaginal o posterior a esta. Puede ser causada por diversas condiciones médicas, como infecciones, problemas hormonales, trastornos musculoesqueléticos, entre otros.
- Vaginismo: Se trata de una contracción involuntaria de los músculos del suelo pélvico que dificulta o imposibilita la penetración vaginal, causando dolor y malestar.
- Fobia sexual: Algunas mujeres pueden experimentar miedo intenso o ansiedad relacionada con el sexo, lo que puede interferir significativamente con su capacidad para disfrutar de la actividad sexual.
Causas
- Causas psicológicas: La depresión, la ansiedad, el estrés, los traumas pasados y los conflictos emocionales pueden contribuir a las disfunciones sexuales en las mujeres. Los problemas de relación también pueden desempeñar un papel importante.
- Causas físicas: Factores físicos como enfermedades crónicas, cambios hormonales, efectos secundarios de medicamentos, cirugía pélvica, embarazo y parto pueden influir en la función sexual de una mujer.
Es importante destacar que muchas mujeres experimentan alguna forma de disfunción sexual en algún momento de sus vidas, y es fundamental abordar estos problemas con comprensión y apoyo. La comunicación abierta con la pareja y la búsqueda de ayuda profesional, ya sea de un médico, terapeuta sexual o consejero, pueden ser pasos importantes hacia la recuperación y el disfrute de una vida sexual plena.
Desafíos
Las disfunciones sexuales en las mujeres pueden ser un tema tabú debido a factores culturales, religiosos y sociales. A menudo, existe una fuerte influencia de la moralidad tradicional y las expectativas de género que pueden dificultar la discusión abierta sobre la sexualidad y las dificultades sexuales. Algunos de los aspectos específicos que pueden influir en la forma en que se perciben y abordan las disfunciones sexuales en las mujeres en la comunidad hispana y en Latinoamérica incluyen:
- Cultura machista: En muchas sociedades latinoamericanas, persisten normas culturales que colocan una carga desproporcionada sobre las mujeres en lo que respecta a la sexualidad. Esto puede contribuir a la falta de comunicación abierta sobre problemas sexuales y dificultades para buscar ayuda.
- Educación sexual limitada: En algunos países latinoamericanos, la educación sexual puede ser deficiente o inexistente en las escuelas. La falta de información adecuada sobre la sexualidad y la salud sexual puede dificultar que las mujeres reconozcan y comprendan las disfunciones sexuales, así como también buscar ayuda.
- Estigma y vergüenza: Existe un fuerte estigma asociado con las dificultades sexuales en muchas comunidades hispanas y latinoamericanas. Las mujeres pueden sentir vergüenza al hablar sobre problemas sexuales, temiendo el juicio de la sociedad, la familia o la pareja.
- Acceso limitado a servicios de salud sexual: En algunas áreas, especialmente en zonas rurales o marginadas, el acceso a servicios de salud sexual puede ser limitado. Esto dificulta que las mujeres busquen ayuda profesional para abordar sus problemas sexuales.
- Influencia religiosa: En sociedades donde la religión desempeña un papel importante, las enseñanzas religiosas pueden influir en la forma en que se percibe la sexualidad y las disfunciones sexuales. Algunas mujeres pueden sentirse culpables o pecaminosas por experimentar dificultades sexuales, lo que dificulta aún más la búsqueda de ayuda.
También Las mujeres en la adultez media son las más propensas a presentar una disfunción
sexual debido a que en esta etapa se presenta la transición menopáusica, a más de mostrar síntomas
como resequedad vaginal, es muy común que exista comorbilidad a la menopausia y disfunciones
sexuales, llegando a sufrir trastornos del estado de ánimo como depresión.
De igual forma, factores estresantes derivados de la vida cotidiana, en relación a las tareas culturalmente asignadas (como el cuidado de los hijos), generan estrés, aseidad u otros emociones y percepciones aflictivas. El nido vacío es un claro ejemplo de esta dificultades experimentado en esta etapa. Otro factor
importante al momento de tratar una disfunción sexual es la presencia de un trauma sexual.
¿Qué se debe hacer?
Es importante buscar ayuda de un profesional de la salud capacitado en sexualidad, como médicos, un terapeuta sexual o un consejero especializado en salud sexual. Estos profesionales pueden ayudarte a identificar las causas subyacentes de tus dificultades sexuales y proporcionarte orientación y tratamiento adecuados.
Lo mejor es hablar abierta y honestamente con tu pareja sobre tus preocupaciones y dificultades sexuales. La comunicación abierta puede ayudar a fortalecer la intimidad en la relación y facilitar el apoyo mutuo. Además el buscar información confiable y educativa sobre la sexualidad y las disfunciones sexuales es ideal.
Aprender sobre el propio cuerpo y tus necesidades sexuales, tareas como la autoexploración puede ayudarte a comprender mejor tus respuestas sexuales. Además, practicar el autocuidado enfocado en el bienestar físico, emocional y mental, abonado a esto explorar diferentes enfoques de tratamiento es lo mejor.
Diferentes alterativas ayudan a poseer un abanico de opciones; esto puede incluir terapia cognitivo-conductual, terapia de pareja, terapia hormonal, cambios en el estilo de vida y medicamentos recetados, entre otros.
No te culpes a ti misma
Recuerda que las dificultades sexuales son comunes y no son tu culpa. Es importante ser comprensiva contigo misma y buscar ayuda cuando la necesites. Trabaja en construir una relación positiva contigo misma y tu sexualidad.
Conclusión
Es importante destacar que muchas mujeres experimentan alguna forma de disfunción sexual en algún momento de sus vidas, y es fundamental abordar estos problemas con comprensión y apoyo.
Referencias
- Arango de Montis, I. (Ed.). (2008). Sexualidad humana. México: Editorial Manual Moderno.
- Universidad Complutense de Madrid. (2001). Tratamientos psicológicos eficaces para las disfunciones sexuales. Universidad Complutense de Madrid.