Psico-Guia

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Ánimo

Los cuatro temperamentos

El concepto de los cuatro temperamentos básicos ha sido uno de los más populares para darle una explicación a la naturaleza de la conducta humana; Hipócrates fue uno de los primeros en proponer esta idea, en su búsqueda de dar una razón fisiológica al temperamento, intuyo que uno de las materias dominantes en esto sería el humor, la afinidad y motivación de las conductas, así relaciono con la presencia dominantes de fluidos corporales: la sangre, la bilis amarilla, la bilis negra y la flema.    

Ahora esta teoría se utiliza como base para clasificar a los 4 tipos de temperamentos primarios y sus 12 combinaciones, en este tipo la teoría pareciera un tanto mágica, pero es de mucha utilidad, ya que muy explicativa y predictiva del comportamiento humano.

El Dr. Jorge Hagemann escribe en su Psicología que esto (temperamento) es más relacionado al sentimiento que al conocimiento, así la forma en que se presenta la excitabilidad a determinados estímulos agrupa a las personas en cada una de las categorías que ya había propuesto Hipócrates en su momento, y que al día de hoy funcionan ya que están basados en acertadas observaciones.

Colérico

El alma del colérico por las influencias que recibe, se excita de inmediato y con vehemencia. La reacción sigue al instante. La impresión queda en el alma por mucho tiempo. 

Cualidades positivas y negativas

  • Un entendimiento agudo. Más de las veces, si bien no siempre, el colérico es un buen talento; es un hombre intelectual.
  • Una voluntad fuerte, que no se amilana ante las dificultades.
  • Un gran apasionamiento. El colérico es el hombre de las grandes pasiones; rebosa de violento apasionamiento máxime cuando encuentra resistencia o persigue sus altos proyectos.
  • Un instinto a menudo inconsciente de dominar y sujetar a los demás. El colérico ha nacido para mandar; está en su elemento.
  • El colérico es muy pagado de sí mismo. Tiene en alta estima sus cualidades personales y sus éxitos y se tiene por algo excepcional
  • El colérico es muy caprichoso y ergotista. Cree tener siempre razón
  • El colérico se fía mucho de sí mismo. Es decir, de su ciencia y facultades.
  • Rechaza la ayuda ajena
  • El colérico desprecia a su prójimo. A los demás los tiene por tontos, débiles, torpes y lerdos, por lo menos en comparación suya.
  •  El colérico es ambicioso y mandón.
  • El colérico se siente hondamente herido cuando es avergonzado y humillado. No sin mal humor recuerda sus pecados, pues le obligan a tenerse en menos y no pocas veces llega hasta desafiar a Dios.

Sanguíneo

El alma del sanguíneo se excita rápida y vehementemente por cualquier impresión; la reacción sigue al instante; pero la impresión queda muy poco tiempo en el alma. El recuerdo de cosa pasadas no provoca tan fácilmente nuevas emociones.

Cualidades positivas y negativas.

  • Bien pronto conocido en todas partes es confiado y locuaz con todas las gentes y se comunica fácilmente con personas desconocidas.
  • Es afable y alegre en sus palabras y conducta y sabe entretener divertidamente a los que le rodean refiriendo interesantes narraciones, bromas y agudezas.
  •  Vanidad y satisfacción de sí mismo. La soberbia del sanguíneo no se manifiesta en un afán inmoderado de mandar o ergotista como en el colérico, ni en el miedo a las humillaciones, como en el melancólico, sino en cierta vanidad y complacencia de sí mismo.
  • Inclinación a los galanteos, la envidia y los celos. Como el sanguíneo se muestra tan susceptible a palabras halagadoras y tan poco concentrado en sí mismo, y dando por otra parte demasiada importancia a las cosas exteriores.
  • Goce por la vida y afán de placeres. El sanguíneo no ama la soledad sino que busca la compañía y conversaciones de los hombres; quiere disfrutar de la vida y en sus diversiones puede ser muy retozón, licencioso y frívolo.

Melancólico

El alma del melancólico se excita débilmente por influencias externas; y su reacción, si es que reacciona, es asimismo débil. Pero tal excitación, aunque siempre débil, permanece largo tiempo en el alma; y favorecida por nuevas impresiones, que se repiten en el mismo sentido, ahonda más y más hasta apoderarse y mover con violencia el alma, y no dejarse arrancar luego sin dificultad.

Cualidades positivas y negativas.

  • El melancólico práctica con facilidad y gusto la oración mental. La seria concepción de la vida, el amor a la soledad, la inclinación a reflexionar, le son al melancólico de todo punto provechosos para conseguir una gran intimidad en su vida de oración.
  • En el trato con Dios, halla una profunda e indecible paz. Nadie mejor que el melancólico entiende la palabra de San Agustín: «Nos has creado para Ti, oh Dios e inquieto está nuestro corazón hasta que descansare en Ti».
  • El melancólico es a menudo un gran bienhechor de la humanidad. El melancólico es para los demás un guía en el camino hacia Dios, un buen consejero en las dificultades, un superior prudente, benévolo y digno de confianza.
  • Los melancólicos incurren por sus pecados en terribles angustias.  Penetrando más que otros en lo profundo del alma por el anhelo hacia Dios, el melancólico se resiente muy en particular del pecado.
  • Los melancólicos que se abandonan a sus sentimientos de tristeza, incurren en muchas faltas contra la caridad y llegan a ser gravosos para sus prójimos Interiormente se subleva e indigna con vehemencia por cualquier desorden e injusticia que nota.

Flemático

Las varias impresiones provocan tan solo una excitación débil en el alma del flemático, si es que en algún modo la afectan. La reacción es asimismo débil, si no llega a faltar por completo. Las impresiones desaparecen pronto

Cualidades positivas y negativas.

  • Trabajo lento pero constante y que no sea demasiado.
  • No se irrita fácilmente ante insultos, fracasos o dolencias.
  • Juicio práctico y sobrio; cachazudo y discreto. Previsor.
  •  No lo dominan las pasiones, ni exige grandes cosas a la vida.
  • Cierta facilidad para las ciencias exactas
  • Es muy propenso a descansar, a comer y beber, siendo además, perezoso (lerdo) y negligente en el cumplimiento de sus obligaciones. No tiene energía, ni se propone un elevado ideal, siquiera sea en su devoción.

Cabe destacar que estos son los temperamentos básicos, pero nadie posee un temperamento netamente puro, todos poseemos combinaciones en nuestro temperamento.